Dicen los entendidos que la tempura fue introducida por los misioneros jesuitas portugueses que llegaron a Japón a mediados del siglo XVI que, por la abstinencia a las carnes en los tiempos de cuaresma, freían el pescado y las verduras en un rebozado de harina, y la comían mojadas en una salsa preparada de caldo de atún, soja, y mirin, llamada tentsuyu.
El método básico de preparación se ha ido refinando a través de los siglos, y es especialemente importante la calidad del aceite, la harina para la masa, y la temperatura y el tiempo en el rebozado.

Los ingredientes que necesitaremos son:
Tempura: Gambas o langostinos, pescado blanco, pulpo o calamar, pimientos verdes y rojos, cebollas, zanahorias, berenjenas, calabacines, setas, y cualquier otra verdura que queramos añadir.
Tentsuyu: 200ml de caldo de atún (dashi), 150ml de salsa de soja, y 50ml de mirin.
Fritura: Aceite de girasol.
La preparación es como sigue:
Rebozado: Tomaremos 1 huevo, 300ml de agua, y 300ml de harina, y procederemos como sigue. Mezclamos el agua muy fría con el huevo, y una vez hecho esto vamos añadiendo harina y mezclándola suavemente con una cuchara de palo. No importa si queda algún grumo.
Corte: Salvo en las berenjenas y los calabacines que se cortan en rodajas muy finas, el resto de las verduras, el pescado, y el marisco, se corta longitudinalmente en tiras muy finas de alrededor de 5 centímetros.
Tentsuyu: Se mezclan en un cuenco puesto al fuego el caldo de atún, la salsa de soja, y el mirin, y se deja hervir tres minutos. En ese momento se coloca en un bol que se pone en la mesa, y donde se mojarán las piezas fritas.
Fritura: En un wok colocaremos el aceite de girasol y lo ponemos a hervir. Se hace con este aceite para evitar que el sabor fuerte del aceite de oliva anule el sabor del pescado, marisco, y verduras. Una vez alcanzado el punto con el aceite, iremos untando bien cada pieza con la pasta que hemos preparado, y las freiremos, haciéndolo en primer lugar con todas las verduras, y posteriormente el pescado y el marisco.
La tempura hay que tomarla muy caliente, y se va sirviendo tal como sale de la sartén en la mesa.
Aunque es fácil de realizar, la preparación de la tempura es muy compleja para dominarla al completo, y cada maestro gastronómico guarda en secreto las proporciones exactas de harina, agua, huevo, la temperatura del aceite o del agua fría, así como el tiempo necesario para freír cada pieza. Todo un arte.